Creo que a todos nosotros, en algún momento nos ha pasado que nos enganchamos con algo o con alguien. Lo sé, ¡que miedo!. Últimamente es aún más común escuchar en las conversaciones que alguien no podía dormirse por que la serie estaba muy buena. ¡Ya casi atrapan al malo!, o no puedo dejar de ver el siguiente episodio por que al fin ya se va a quedar con él.
Sí, creo que todos hemos estado en esa situación, con ojeras al siguiente día y una enorme taza de café para despertar. A mi me está pasando lo mismo ahorita pero con videos y audios de la Dra. Brené Brown. En la última semana he estado enganchada en escuchar sus entrevistas y conferencias en YouTube, Spotify y con su libro Daring Greatly. La Dra. Brown es una investigadora y relatadora de historias enfocada en estudiar sobre la valentía, la vergüenza, la empatía y la vulnerabilidad de las personas.
La razón principal por la que escucho y vuelvo a escuchar sus conferencias es por que quiero comprender su mensaje. Quiero escuchar atentamente, comprender sus ideas y asimilar lo que quiere transmitirnos. Las conclusiones que han salido de sus veinte años de investigación en el tema de desarrollo social, las emociones y sus efectos sobre la vida de las personas son impresionantes.
Si vamos a hablar sobre los hallazgos de Brené Brown necesitamos mencionar la frase célebre del ex-presidente estadounidense T. Roosevelt. La frase es la siguiente:

No es el crítico el que cuenta; no el hombre que señala al fuerte que tropieza, o comenta que el que lo hizo lo pudo haber hecho mejor. El crédito pertenece al hombre que está realmente en la arena de combate, cuya cara se mancha de polvo, sudor y sangre; que lucha valientemente; que se equivoca, que falla una y otra vez, porque no hay esfuerzo sin error y defecto. Aquel que de igual forma se esfuerza por hacer; que conoce el gran entusiasmo y las grandes devociones; que se entrega a si mismo en una causa justa; quien en lo mejor conocerá al final el triunfo de los altos logros, y quien en lo peor, si falla, por lo menos fallará atreviéndose. Para que su lugar nunca sea con esas almas frías y tímidas que nunca conocieron ni victoria ni derrota.
Todos en algún momento en nuestras vidas, nos hemos sentido y nos sentiremos a punto de entrar a la arena. A punto de atrevernos a hacer eso que siempre hemos deseado, aquello que nos genera miedo, o una circunstancia fuera de nuestra zona de confort.
La investigación de la Dra. Brown ha revelado que cuando una persona se encuentra en la puerta de entrada a la arena, a punto de ir hacia adentro, lo primero que escucha en ese momento es la voz de su vergüenza. Esa voz que te susurra"No Eres Suficiente". Después de eso, si somos capaces de silenciar en ese momento esa voz en nuestra cabeza y entramos a la arena, al primer crítico que vemos al levantar nuestra mirada es uno mismo.
La vergüeza nos susurra dos mensajes:
1. No eres suficiente.
2. ¿Quién crees que eres?
Para una mujer, la verguenza surge a partir de la "obligación" de: Hazlo todo, hazlo perfecto y nunca dejes que te vean sudar. Se define a partir de todo un conjunto de expectativas inalcanzables impuestas por la sociedad actual.
Para un hombre, la verguenza se presenta a partir de su "obligación" de: No permitas que te perciban como un débil.
Pero entonces, ¿qué podemos hacer para evitar que esos susurros internos nos limiten en los momentos cuando queremos intentar algo y entrar a la arena?

La clave es la empatía. Hacer consciencia de que para volver a quienes realmente somos, la vulnerabilidad es el camino. ¿Cómo podemos llegar a esto?
1. Baja la guardia.
Deja de protegerte ante la posibilidad de ser herido ya que nuestra capacidad de vivir con todo nuestro corazón nunca puede ser mayor que nuestra disposición a ser lastimados. Cada uno de nosotros será amado y amará tanto cuanto estemos dispuestos a que nos lastimen. Es decir, si no permites que te vean, que realmente vean quien eres; tu pareja, en tu trabajo, tu familia; ¿cómo van a conocer tu esencia?. Dejar que te vean abre la posibilidad de que seas lastimado; pero esa valentía vale más que cualquier sufrimiento momentáneo que podemos llegar a sentir.
2. Abraza la vulnerabilidad.
La vulnerabilidad es la valentía en su máxima expresión. Es incertidumbre, riesgo y exposición emocional. Es la disposición a salir y dejar que te vean, sin garantías del resultado.
Paradójicamente, la vulnerabilidad es lo primero que queremos ver en las personas pero lo último que quiero ver en mi mismo.
3. Vive con todo el corazón.
Para poder ser una de esas personas afortunadas que vive su vida con todo su corazón, debemos permitirnos creer que somos merecedores de una vida con amor y sentido de pertenencia. Créetela. Ten el valor de ser imperfecto. Ten compasión contigo mismo, con tus errores y lecciones. Deja ir la idea de la persona que crees que deberías ser y sé la persona que eres. Reconoce que eso que te hace vulnerable es precisamente lo que te hace un ser hermoso.
Si quieres que tú vida esté llena de momentos mágicos de felicidad verdadera, orgullo de intentar aquello que te parecía imposible y fracasos llenos de aprendizaje; respira profundo tres veces y permítete reflexionar sobre estos temas.
Para finalizar esta conversación, los dejo con un pasaje del libro The path made clear de Oprah:
El miedo es real. Todos lo hemos experimentado. Y puede ser un obstáculo poderoso. El verdadero significado de la valentía es tener miedo, y luego, con las rodillas temblando y el corazón acelerado, dar el salto de todos modos.
Algo extra:
Les comparto unos de los videos más poderosos de B.Brown, su primera conferencia TEDx sobre el poder de la vulnerabilidad (con la opción de seleccionar subtítulos en español):
Otro excelente es el que habla sobre la importancia de escuchar a la vergüenza (también con la opción de subtítulos en español):
Gracias Dra. Brown, por su entrega y valentía al compartir su mensaje con el mundo.
Comments